Protege tu piel este verano y elimina las manchas con los mejores tratamientos

La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Es nuestra carta de presentación y, a la vez, nuestro escudo protector frente a las agresiones externas, entre las que se encuentra la enfermedad.

 

A tenor de las estadísticas relativas al cáncer de piel o melanoma, quizá no la cuidemos tanto como deberíamos. Se van mejorando dichas cifras, a medida que se incrementan cada año las campañas para recordar a la población que la fotoprotección total no sólo es necesaria en verano, sino durante todo el año.

 

Se achaca al cambio climática la especial ferocidad de los rayos ultravioletas, sobre todo a ciertas horas de esta estación estival que vivimos, por lo que, además, deberíamos exponernos de tomar el sol entre las 12 del mediodía y las tres de la tarde.

 

Quizá en este verano de la nueva normalidad a consecuencia de la covid19 tengamos menos oportunidades de tomar el sol a las horas en los sitios que nos apetezcan, pero no por ello debemos olvidar a los dermatólogos y su lucha por cuidarnos.
Este cuidado no sólo tiene que ver con el cáncer, sino también con la llamada hiperpigmentación cutánea, que incluye diversas lesiones, desde las pecas, muy simpáticas habitualmente para quien no las tiene, hasta las manchas típicas del embarazo, pasando por lunares y lentigos.

 

A continuación os explicamos un poco más en qué consisten y qué tratamientos usamos para eliminarlas en nuestra clínica:

 

Las pecas son las manchitas más conocidas. Conocéis a muchas personas pecosas que tras las vacaciones lo son aún más. Los médicos llamamos a las pecas efélides y son acúmulos de melanina, que, en la mayoría de los casos, tienen un origen hereditario.

 

Los lentigos son marrones y de pocos centímetros de diámetro, sobre todo cuando aparecen en la adolescencia. Los más comunes son los llamados “lentigos seniles”, que nacen entre los 30 y los 40 años. Ovalados, de diferentes tonalidades pardas, sus zonas recurrentes son el rostro y el dorso de las manos.

 

El melasma tiene la misma coloración que el lentigo. Son lesiones asociadas a la mujer; debido a la toma de anticonceptivos, al embarazo y a cambios hormonales en general. Lo que ocurre es que pueden aumentar al tomar el sol. Se detectan en la zona central de la cara, sobre todo en el labio superior, en la frente, pómulos y mandíbula.

 

Tratamientos para la hiperpigmentación cutánea:

 

 

Luz Pulsada Intensa – Luz de amplio espectro que permite cubrir lesiones difusas y que actúa en las zonas más profundas de la piel. No sólo nos ayuda a eliminar las manchas, sino que incentiva la producción de colágeno, con lo que aporta el aspecto regenerativo.

 

Láser – No trabaja a un nivel tan profundo como la LPI, por lo que es útil en manchas que se encuentran en la epidermis, la capa externa de nuestra piel. Esta técnica consiste en exfoliar y provocar una quemadura controlada sobre la lesión. Está indicado para lentigos y melasmas.

 

Peeling químico – También para lentigos y melasmas y asimismo con trabajo de exfoliación, aunque la fórmula química se personaliza según la piel del paciente y la elección del médico estético. Las sustancias a elegir varían entre el ácido kójico, el ferúlico, el fítico, azeláico y otros.

 

Crioterapia – Las terapias con frío se imponen cada vez más en la medicina estética. Aquí producen una destrucción local del tejido hiperpigmentado.

 

Esperamos que la información de técnicas correctoras os haya sido de utilidad, pero sobre todo, un año más, mucho cuidado con el sol.