- Domingo, 8 de diciembre del 2019
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- Publicado por: Moisés Martín Anaya
Aparece o reaparece una estrella del cine, una socialité o simplemente, una famosa o famoso de toda la vida con un aspecto rejuvenecido y todos se preguntan si ha pasado por el quirófano. Comentan las revistas especializadas y los medios en general qué se ha hecho y qué se ha dejado de hacer. Unos y otros suelen centrar sus dudas en si este actor o aquella modelo se ha hecho un lifting facial en toda regla, con anestesia general y postoperatorio incluidos, o sí solo se ha realizado unos pequeños retoques con botox u otros productos inyectables.
La última celebritie en ocupar el centro de este debate ha sido Michelle Pfeiffer, con motivo de la presentación de su último trabajo en Maléfica y coincidiendo con su 61 cumpleaños. Pero si alguien ha sido observada, casi escrutada, criticada y halagada por un cambio de imagen, esa ha sido Renée Zellweger. Su cambio de look en 2014 sigue dando que hablar.
Cinco años después parece haber un consenso entre los expertos en belleza: lo más probable es que nuestra querida Bridget Jones se sometiera a una operación del contorno de ojos para darles una forma más oblicua. Por lo demás, algo de botox, que, al paralizar las arrugas de expresión, ofrece a la vista una piel más tersa y joven.
Sí, detrás de todo el escándalo mediático podría estar una “modesta” cirugía estética: la blefaroplastia. Esta intervención, que aborda los problemas del contorno de ojos, es una gran herramienta del arsenal quirúrgico para la belleza, ya que se trata de una intervención sencilla, cómoda para el paciente y que ofrece unos resultado eficaces y duraderos a largo plazo.
En muchas ocasiones el paciente acude con un deseo de cambio en el rostro, explicando que se siente envejecido, que nota que “le han caído los años encima” y busca una solución que no está donde se espera. A veces no es un lifting lo que se necesita, no se trata de “ estirarse” o de borrar arrugas, sino de eliminar una mirada triste que envejece.
Tener una mirada y triste y cansada no sólo le ocurre a la gente más allá de los 40 años. Puede pasarle a un joven que haya heredado la tendencia a tener bolsas en los ojos. También influyen de manera importante los hábitos alimenticios y el estilo de vida, sobre todo lo referente al consumo de alcohol y a la falta de descanso.
Las bolsas en los ojos son el factor más relevante a abordar para corregir una mirada envejecida. Además de los motivos recién citados, el paso del tiempo es el causante de que los depósitos grasos que, de manera natural, se encuentran los párpados (tres en el inferior y dos en el superior) se desplacen hacia delante haciéndose visibles . Se podría decir que salen a la luz.
Junto con la eliminación de la grasa, en el párpado superior, la cirugía se basa en líneas generales en “ la eliminación del exceso de piel de una porción de músculo orbicular”.
En cuanto al párpado inferior, la técnica ha evolucionado, ya ni siquiera se hace incisión por fuera. No se elimina toda la grasa porque el ojo tiene que mantener su naturalidad. Asimismo, se realizan injertos de grasa autóloga en la parte superior de la mejilla para elevarla y acortar el párpado inferior. Este abordaje ofrece un resultado muy rejuvenecedor, que se complementa con la retirada de los excesos de piel, la elevación de la caída de la ceja y el tratamiento de las arrugas del contorno, si procede.
Si hablamos de intervenciones que compensen en el sentido de poco riesgo quirúrgico y resultados a largo plazo, la blefaroplastia ocupa, en conclusión, uno de los primeros puestos del ranking. Dura entre 40 y 50 minutos, se realiza en quirófano bajo anestesia local y sedación, en régimen ambulatorio.
Los primeros cuidados consisten en un reposo de 24 horas y aplicación de frío local. Lo peor, el impacto que suele suponer mirarse al espejo, por la aparición de morados y la hinchazón, pero existe un maquillaje profesional a disposición del paciente para disimularlo, junto con el uso de gafas de sol.
Los resultados definitivos se apreciarán al año y podrían tener que revisarse pasados otros quince.
La blefaroplastia es la tercera operación más demandada en nuestro país y la quinta en Estados Unidos, según los informes de las asociaciones de cirujanos plásticos SECPRE y ASAPS.