- Lunes, 10 de diciembre del 2018
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- Publicado por: Moisés Martín Anaya
En el siglo XXI, gracias a la nueva cultura de la salud y el bienestar personal, nos cuidamos por dentro y por fuera. Es tendencia comer lo más sano posible, hacer deporte y estar guapos y atractivos hasta en bata y pijama, si exageramos un poco.
Además de la medicina estética, no olvidemos los avances en Medicina regenerativa, que es aquella que, simplificando, investiga la curación de órganos y tejidos con células madre.Así, no es de extrañar que se diga que los 40 son los nuevos 30 y que los 50 los nuevos 40. Podéis retrasar vuestro envejecimiento celular, pero no la temprana o tardía aparición de la menopausia.
Las hormonas femeninas sexuales, los famosos estrógenos a los que se echa la culpa de demasiadas cosas en demasiadas situaciones ( ya sabéis, que si los cambios de humor, que si la falta de hidratación de la piel, etc…) van dejando de segregarse hasta que, tras un año sin la menstruación, se dice que la mujer ha llegado a la menopausia.
Estamos hablando de una horquilla de edades que suele ir de los 45 a los 55 años, aunque cada caso, como siempre, es particular. Este proceso que suele calificarse como traumático, aunque cada día lo es menos, gracias a el apoyo que la mujer tiene de sus médicos: desde el de atención primaria, al ginecólogo, pasando por el dermatólogo , por no citar a otros especialistas.
La menopausia no es una enfermedad, al igual que no lo es el embarazo, pero es un proceso de cambio al que la hay que adaptarse y no sólo física sino también psíquica y emocionalmente.
A pesar de que, como digo, cada día, la mujer atraviesa la menopausia con más “calor” por parte de su entorno, es cierto que el aspecto exterior sufre una serie de modificaciones.
La primera afectada, como siempre sucede, por ser nuestro envoltorio y reflejo de cuanto nos sucede, es la piel. Se deshidrata, pierde brillo, elasticidad, ya que se produce menos colágeno. Remedios: muchos, os los enumero muy a menudo, desde cuidado diario con limpieza e hidratación hasta tratamientos faciales con mascarillas a base de elementos naturales hasta tratamientos de lifting sin cirugía.
Y aquí volvemos de nuevo al tema de las células madre. Lo más solicitado, y de mejores resultados en estos días en el mundo de la belleza del rostro, son los injertos grasos. Se inyecta en la cara grasa excedente de otra parte del cuerpo del mismo paciente y , en consecuencia, con sus propias células madre, que regeneran los tejidos. Son naturales y no producen rechazo.
Los famosos calores de la menopausia, con los que a menudo bromeáis con vuestras amigas o vosotras mismas si estáis en edad de padecerla, producen un aumento anormal de la sudoración . A veces el problema llega a convertirse en traumático y puede convertirse en un verdadero inconveniente social.
Hoy en día la sudoración excesiva puede tratarse en clínica con un procedimiento mecánico que es capaz de inhibir entre seis y dieciocho meses el neurotransmisor responsable de la producción de sudor.
Los sofocos, por último, también provocan la aparición de las llamadas arañas vasculares, esas manchas encarnadas en forma de tela de araña que aparecen en el rostro. Su eliminación, al igual que en el caso anterior, no requiere ingreso del paciente. Se realiza en la clínica mediante tratamiento con láser.