- Viernes, 5 de agosto del 2016
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- Publicado por: Martín Anaya
La reconstrucción mamaria es un campo de la cirugía estética que no sólo abarca la famosísima operación de aumento de pecho. La reducción de talla, la mastopexia o elevación, la cirugía posterior a la mastectomía, las mamas tuberosas y otras lesiones relativas al pecho femenino y también al masculino se integran también en este apartado.
Entre ellas se encuentra un curioso diagnóstico: la sinamastia, que nos remite a “sin mastia”, sin seno, o, para ser exactos, sin un seno.
Hay quien también conoce este diagnóstico con el término popular uniseno. Ambos son válidos porque explican la unión de ambas mamas, ante la ausencia del surco intermamario o canalillo. Esta unión antinatural produce la sensación de que el pecho femenino está formado por una sola mama. La sinamastia no es una lesión común, ni en su origen congénito, ni en su aparición posterior a una intervención de aumento de mamas en la que la distancia medial de ambos pechos no es la anatómicamente correcta.
En el primero de los casos es de muy rara aparición y el efecto de tener sólo un pecho se produce porque ambas mamas están unidas, ya al nacer, mediante una pequeña membrana cutánea.
El segundo supuesto, el de la unión tras pasar por un quirófano estético, puede tener diferentes orígenes, aunque el habitual es que a la hora de diseñar el bolsillo ( la cavidad que diseña el cirujano para alojar la prótesis se sobrepase el límite medial y ambos senos queden unidos.
Esto es, la distancia que tiene que haber entre un pecho y el otro tiene que tener ser como mínimo de un centímetro. Si no se respeta, se produce el efecto “uniseno”.
No tiene que ver con la forma de las prótesis. Da igual que sean redondas o anatómicas, sino con la pericia de quien lleva el bisturí en el quirófano.
Sin embargo, el tamaño si importa en este caso. Si a una paciente se le implantan unas prótesis, digamos, XXL, grandes y desproporcionadas en relación al contorno y al resto del cuerpo, por supuesto que el surco intermamario desaparece. Quedan muy unidas y se pierde la belleza de esa separación pequeña, justa, pero necesaria.
En cualquiera de los casos, la sinmastia se corrige con una intervención sencilla en la que se debe rediseñar el bolsillo de cada pecho. Puede, y aquí si ya es nos metemos en una operación más compleja, que haya que sustituir las prótesis de gran tamaño por unas menores.
Dependiendo de cada caso se tendrá que llevar un arnés ortopédico, no un sujetador, ni siquiera un sujetador deportivo, durante el tiempo que prescriba el cirujano.