- Jueves, 31 de enero del 2013
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- Publicado por: Martín Anaya
La sanidad pública española es magnífica. Sus profesionales aguantan la comparación con el mejor sistema sanitario mundial.Pero han sido maltratados, en la promoción de su carrera profesional, poco flexible para permitir la formación continuada de sus especialistas, y permisivo con las diferencias de dedicación y esfuerzo de cada uno de sus integrantes.
Este hartazgo ha llevado a muchos profesionales con empuje y sólida formación a ejercer su trabajo en la “privada”, donde han creído que su servicio a los demás se podía realizar según sus convicciones y valores. Nunca me he sentido tan reconfortado en mi vocación de de médico al servicio a los demás como en el ejercicio libre de la medicina, de mi especialidad, de la Cirugía Plástica, Reparadora y Estética.
Ahora, para ahorrar un dinero que gastaron y nunca tuvimos, quieren aplicar recortes en la sanidad mediante la instalación del contrato basura, casi por semanas, a los interinos; carbonizando con nuevas normas de funcionamiento a todo un personal sanitario que ya tenían quemado; y mediante la externalización de parte de sus servicios a la sanidad privada, que también es magnífica, pero que tantas veces han estigmatizado de forma interesada como centrada en el beneficio económico. Ahora sí somos la solución. Ahora trabajamos rápido y bien. Y según parece, más baratos.
El “divide y vencerás” que tanto han utilizado en nuestro colectivo, no debería de servir en esta ocasión. Yo estoy con los pacientes, eso significa estar al lado de mis compañeros de la sanidad pública. Está en juego la sanidad de todos nosotros.
Respeten a nuestro personal de la sanidad pública y a nuestros pacientes.