- Lunes, 11 de marzo del 2013
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Si algo ha cambiado en nuestra especialidad es el enfoque multidisciplinar de cada problema a resolver. Antes una liposucción se hacía y ahí estaba el resultado. “Pero hay flacidez en la piel..”. “Sí”, contestaba el cirujano plástico, “pero eso ya le comenté en la primera visita que la liposucción no lo soluciona”. “Sigo teniendo celulitis”… “Es un problema cutáneo, la piel en la liposucción no se trabaja”..
Hay que ofrecer un resultado global a los pacientes, y combinar distintas terapias para obtenerlos. Ahí parte fundamental tiene Virginia, que nos escribe este artículo para ilustrarnos con una pequeña parte de su trabajo. Sin ella los resultados que obtenemos no serían los que son. Hace unos años el antes y después que os presento no hubiera sido posible, sólo con photoshop…
Gracias, Virginia.
Es un tratamiento corporal, indicado tanto para hombres como para mujeres de todas las edades, que deseen perder volumen y centímetros en el contorno, o necesiten un empujoncito extra cuando ven zonas con acúmulos grasos que persisten, aún haciendo dietas de adelgazamiento o deporte.
El primer paso consiste en una masaje activo, desde los pies hasta la parte alta de la espalda, por la parte anterior y posterior del cuerpo, trabajando con distintas técnicas de amasamiento y nudillos, con el objetivo de trabajar en planos mas profundos, incidiendo en las zonas donde están localizados los acúmulos grasos, y conseguir la degradación de la grasita, a la vez que activamos la circulación y el sistema linfático, gracias a movimientos ascendentes desde el tobillo a la ingle. Este masaje se complementa con la utilización de cremas hiperemiantes, reductoras, activadoras del riego sanguíneo y linfático, muy ricas en principios activos o una combinación de aceites esenciales puros.
Una vez hemos terminado este primer masaje, procedemos a envolver el cuerpo con plástico osmótico y la manta de sudación, provocando un aumento de la temperatura en el metabolismo basal, consiguiendo que el cuerpo reduzca la grasa degradada por el masaje, además de eliminar líquido y toxinas del organismo. Este proceso dura entorno a 30 minutos, dependiendo de las necesidades de cada persona.
En la tercera y última fase, se realiza un nuevo masaje con técnicas de movilización y drenaje, ayudando a la reabsorción y eliminación de las grasas tratadas, complementándolo esta vez con cremas reafirmantes y anticelulíticas.
El resultado es una mejoría en la circulación sanguínea, y linfática, así como reducción en el contorno y la celulitis, teniendo una sensación de piernas más descansadas y deshinchadas.
La duración es de 1 hora, siendo recomendables 10 sesiones intensivas, 2 o 3 veces en semana para obtener buenos resultados, después como mantenimiento 1 sesión a la semana o cada 10 días.