- Martes, 26 de febrero del 2013
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- Publicado por: Martín Anaya
El primer trimestre del año es para muchas personas el más difícil de superar. Entras a él después de las fiestas de Navidad con la temida cuesta de Enero, y te enfrentas a tres meses de invierno sin days-off de por medio que te den un respiro.
Desde hace 47 años los Doctores Gordon y Baker organizan en Miami un Simposium de actualización sobre los últimos avances y técnicas en cirugía estética, donde los mejor de cada casa, a nivel mundial, es expuesto y debatido entre especialistas de todo el mundo. Por muchos es considerada la mejor reunión de especialistas de cirugía estética celebrada cada año.
El plan es atractivo. Reencuentro con amigos. Puesta al día. Una ruptura en medio de este trimestre largo y agotador. Y Miami. Buen tiempo y sol.
Casi todos los objetivos cumplidos. Siempre es agradable compartir experiencias con compañeros de profesión. En esta ocasión he vuelto con la satisfacción de haber conocido a personas fuera del entorno habitual de trabajo que te dejan ver un lado humano, sencillo y divertido que sospechabas pero no conocías.
La puesta al día ha sido productiva. La medicina en general, y mi especialidad en particular lleva una velocidad crucero vertiginosa. Puedes realizar cirugías con las que estás contento tú y tus pacientes, pero…sal fuera!, y mira lo que hacen otros. Seguro que será interesante para el futuro. La lipotrasferencia de grasa propia y su aportación al rejuvenecimiento facial nos están volviendo locos a todos. Los resultados en manos expertas son sencillamente espectaculares.
El “stop and go” en medio del largo invierno ha sido muy beneficioso. Pero esta semana de cambio de hábitos ha tenido su peaje. La semana antes del viaje y esta semana de después han tenido jornadas laborales sólo aptas para valientes.
Y, el último punto? ¿Buen tiempo? Sí. Pero Miami, no. Cinco días encerrados doce horas al día de 7 de la mañana a 7 de la tarde, sin movernos. Y cuando terminamos, entre el cansancio y el jet lag, con el sueño cambiado…a la habitación. A dormir. Sólo dos excepciones. Una cena con dos compañeros simpáticos, buenas personas y grandes profesionales, y la mañana del domingo, antes de volver, que uno se dio una vuelta y decir que al menos pisé Miami Beach y paseé por Ocean drive…