- Jueves, 9 de mayo del 2013
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- Publicado por: Martín Anaya
Es durante la época estival cuando el riesgo de cáncer de piel y de envejecimiento prematuro es mayor. El hecho de que el calor deshidrate más rápido la epidermis y de que la sudoración aumente la humedad, volviéndola más proclive a infecciones, hace que esta temporada del año los cuidados de nuestra piel deban de ser mucho más exhaustivos.
El sol, es el que nos da y el que nos quita: da a la piel un color más saludable, pero es a la vez uno de los mayores riesgos para nuestra piel. Manchas, sequedad, cáncer… los peligros que conlleva son variados. Así que hemos de estar muy pendientes. Un buen amigo os diría que huyáis del sol. Y si la atracción es irresistible, lo ideal es tomarlo a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, y no tomarlo en sesiones de más de 30 minutos.
Cuidados básicos para la piel durante el verano
1. Higiene. La limpieza diaria debe realizarse con productos suaves que no alteren el manto ácido de la piel, que no irriten ni sean muy perfumados, pero ayuden a eliminar la grasa y suciedad acumuladas. Además se debe utilizar materiales que no raspen ni froten fuertemente nuestra piel. Es importante no compartir toallas con otras personas y secarse los pliegues correctamente para evitar la aparición de micosis superficiales.
2. Hidratación. Las cremas y aceites hidratantes permiten recuperar la humedad perdida y son particularmente útiles si el calor reseca la piel. Lo importante es que contenga propiedades hidratantes y emolientes, lo que permite recuperar el agua.
3. Atención con la ropa. Cuidar la piel de todo el cuerpo implica evitar usar ropa o zapatos con materiales que favorezcan la aparición de hongos por la creación de un ambiente húmedo; o bien que puedan causar heridas o alergias en la piel.
4. Prevenir infecciones. Si ocurre algún pequeño accidente cuya consecuencia es una raspadura, una herida en la piel o quemaduras, para evitar las infecciones es necesario lavar inmediatamente la zona con agua. En caso de granos o ampollas es importante no tocarlas ni apretarlas.
5. Alimentación. Debe moderarse el consumo de carnes y priorizarse el consumo de frutas y verduras, alimentos ricos en vitaminas antioxidantes como la A, C y E. Esta última una de las más importantes para el cuidado de la piel, ya que previene la degeneración celular, ayuda en el proceso regenerativo en caso de cicatrices y acné y contribuye al aumento del flujo sanguíneo de la piel. Está presente en aceites, frutos secos, en pescados y camarones y en vegetales como el brócoli, la espinaca, los espárragos, el tomate o la zanahoria. También es recomendable beber mucha agua.
6. Importancia del sueño. Las células se producen y recuperan su fuerza cuando se duerme, ayudando a mantener una piel en buen estado.
7. Protección solar. Se recomienda cada vez un mayor factor de protección solar para defender nuestra piel de los rayos ultravioleta. Este debe ser elegido de acuerdo con el tipo de piel, que se dividen según su sensibilidad y van de I al VI. En general, se recomienda usar uno con sobre 15 de FPS. Además, deben aplicarse 30 a 45 minutos antes de iniciarse la exposición al sol, ya que son eliminados por el sudor y el agua.
8. Exposición al sol. Reducir al mínimo la exposición al sol desde las 11:00 y las 15:00.
9. Cloro. Después de haberse expuesto al sol o al agua clorada de una piscina es necesario darse una ducha para hidratar la piel. Se puede usar un jabón de PH normal o levemente ácido, que contribuyen a no contraer ninguna infección dermatológica.
10. Los pies. Debido a la exposición al sol y a caminar descalzos ,
la piel tiende a ponerse áspera.
¡ Por fin ha llegado el sol ¡
El verano está a la vuelta de la esquina. Cuidad vuestro cuerpo de los excesos.
Os lo agradecerá.