- Jueves, 2 de abril del 2020
- Comentarios: 0
- Publicado por: Moisés Martín Anaya
Cualquier otro año por estas fechas no hubiera tenido tiempo de escribir como lo estoy haciendo ahora. Estaría completamente entregado a la labor que llevo desarrollando en los últimos 30 años. Estaría inmerso en la llamada operación bikini, atendiendo a la gran demanda de intervenciones estéticas que se producen durante estos meses previos al verano.
Sin embargo, en una situación tan excepcional como dramática hasta raro se me hace siquiera pensar en estética, belleza, y operación bikini. Me cuesta pensar hoy en día como cirujano plástico. Ahora mismo devoro toda la información científica publicada que llega a mis manos sobre etiología, transmisión , diagnostico, tratamiento y prevención del Covid-19.
Mi energía, como creo que está la de todos, debe estar enfocada, en base a nuestras capacidades, a erradicar el peligro inminente que supone el contagio masivo de tantas personas en un corto espacio de tiempo , una situación que mantiene estresado a nuestro excelente sistema de salud.
En este sentido, debemos estar todos orgullosos de nuestro sistema sanitario español, aunque los médicos, como colectivo, sentimos una profunda pena por las personas que no han podido superar la enfermedad, y por el drama añadido de no poderles dar una despedida digna y a la altura que la vida vivida por ellos seguro merecía.
Creo que dentro del sector de la Cirugía Plástica Estética y Reparadora, no hay nadie que haya dado un paso al lado. Somos médicos, antes que cirujanos estéticos, y así se ha expresado de manera colectiva desde las distintas asociaciones profesionales y de manera individual en cada consulta y por cada profesional.
Mi opinión es que se viene actuando con todo el sentido común del mundo. No hizo falta dar grandes explicaciones a los pacientes, que han mostrado la compresión lógica y natural en este contexto sanitario. Adelantándonos a la declaración del estado de alarma ya el sentido medico nos decía que no era momento de acometer cirugías en una situación que se podía descontrolar en cualquier momento, como así ocurrió.De la misma manera que fuimos precoces a la hora de suspender nuestra actividad asistencial, seremos muy prudentes a la hora de reanudarla.No es un pistoletazo de salida y a recuperar el tiempo perdido. Debemos tener absolutamente todas las garantías que el riesgo de contagio es cero.
Por lo demás, más allá de cómo y cuándo recuperamos los cirujanos estéticos el tiempo perdido para poder satisfacer los deseos y necesidades de nuestros pacientes, la reflexión que lanzo y dejo en el aire es sobre la sociedad que emergerá cuando salgamos de la pandemia.
Mi deseo es, y utilizo aquí un término profesional, que sea con el menor número posible de cicatrices. Y cuando las haya, que las va a haber, que entre todos, nos ayudemos a curarlas.
Texto :Moisés Martín Anaya
Imagen : Unsplash Tai’s Captures