Stop estereotipos de belleza; comencemos con el lenguaje

En el ámbito de la cirugía estética, ni mujeres ni hombres si libran de ciertos comentarios mediáticos sobre los resultados de sus intervenciones. Hablo de personas que por su trabajo tiene que preservar un buen aspecto físico, tratando de frenar el envejecimiento y de parecer atractivos para el público. Son actrices, cantantes, presentadores de televisión y ahora también influencers y youtubers.

Cuando alguna de estas personas pasa por el quirófano para someterse a un retoque estético, en la mayoría de los casos facial , las redes sociales se llenan de comentarios , algunos muy negativos sobre el antes y el después de su aspecto. En algunas páginas de revistas se comenta también, aunque desde un punto de vista profesional, y, por lo tanto, más respetuoso.

Sin embargo, ni los propios profesionales nos libramos de los prejuicios y estereotipos que se van acumulando a lo largo del tiempo en relación a la apariencia física. Como dice el refrán, que suele ser sabio, “en casa del herrero, cuchillo de palo, que significa literalmente que basta que trabajes con una herramienta, para que luego, en tu vida personal no la utilices.

Me refiero a los términos que incluso los propios cirujanos estéticos empleamos en consulta y en nuestros artículos para referirnos a aspectos físicos que podemos ayudar a mejorar. Por ejemplo, La flacidez de los brazos, propia del paso del tiempo y en ocasiones, de una considerable pérdida de peso, se le denomina tener “alas de murciélago”. ¿No es acaso el murciélago un animal poco querido en general ,nocturno, feúcho y torpe?

Otro ejemplo: cuando una persona tiene un mentón muy pronunciado se dice que padece el ‘efecto gargamel’. Y este personaje sabemos que es malo, malísimo, de barbilla puntiaguda y prominente que quiere comerse a los entrañables ‘pitufos’ del bosque.

También conocemos la etiqueta peyorativa tener un ‘código de barras’, referido a las arrugas que aparecen encima del labio superior, o a las cartucheras al exceso de grasa del abdomen y los muslos…En definitiva términos, peyorativos que excluyen a quienes no son perfectos, bellos, deseables o guapos.

La Belleza es subjetiva y a veces está muy sobrevalorada en relación a otros aspectos de la vida. Los cirujanos estéticos estamos para ayudar a la gente a sentirse mejor, pero debemos reflexionar también sobre los límites de una exigencia que contribuimos a crear.

La medicina está para subsanar defectos que nos suponen un complejo, para mejorar nuestra autoestima, para ayudarnos a sentirnos mejor. No hay nada de malo en lo bonito. Pero tampoco en lo feo.

Imagen: Freepick alasde