- Lunes, 13 de enero del 2014
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Capacidad, formación continua, honestidad, responsabilidad, integridad, madurez, …y compasión. Todo ello debe adornar a un buen profesional. Te puede llevar toda una vida…y no darte tiempo a alcanzarlo.
Hoy madurez y experiencia sin los años es imposible. No se compra. No puedes tener un bagaje de miles de cirugías con 30 años de edad. Ilusión, capacidad, formación…sí, pero falta experiencia preoperatoria, peroperatoria y postoperatoria.
Los mayores problemas en mi especialidad te los buscas antes de operar. Son las peores complicaciones. Doctor, de eso usted no me informó…no era esto lo que yo esperaba. Con los años uno aprende a seleccionar el paciente que debe llegar a tu quirófano, y que tu información no sólo sea rigurosa, sino tener la certeza que el paciente no sólo te ha oído, ni siquiera basta que te haya escuchado. Es fundamental que te haya comprendido. Y también te ayuda a seleccionar la mejor técnica para cada paciente en particular.
La experiencia peroperatoria tiene dos vertientes. La ejecutoria. Los años y el trabajo diario te la dan. Son las horas de vuelo. Y luego está la “otra”, que no es muy necesaria. Me explico. Nuestra cirugía es muy protocolizada. Una vez decides en la consulta que harás, en quirófano lo realizas. Pocas veces debería uno necesitar salirse del guión. Hay muy pocos imprevistos. Pero si lo hay, yo tuve al mejor maestro: el Dr. Antonio Franco, cirujano plástico de la posguerra de otros tiempos, antiguo jefe, gran persona, ya fallecido. Cuando le preguntabas: “Antonio, que vas a hacerle?”, él, con su gracejo andaluz, te respondía ..“No sé, quillo… según arte”
Y luego la experiencia postoperatoria. Si algo no empieza a ir como debe, saber anticiparte, saber interpretar las señales que una cicatriz, una molestia, te están enviando.
Sí, la experiencia es un grado y se adquiere con los años. Pero que no ganes en experiencia y pierdas en ilusión, en estar al día en tu trabajo, en salir, en acudir a reuniones internacionales, en ver qué están haciendo otros…El equilibrio es fundamental.
Acercándome a los 50, quizás esté en mi mejor momento profesional. Pero también pensaba hace 10 años que era mi mejor momento, así que, no os sorprenda a los cuatro lectores que aún me aguanten, que con 60 es la edad perfecta de un cirujano plástico!!