- Lunes, 16 de diciembre del 2013
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- Publicado por: Martín Anaya
Es responsabilidad del cirujano plástico frenar los desmanes y deseos desenfrenados de una sociedad que va varios pasos por delante de una oferta equilibrada y sensata.
Si hace cuatro días nos asombraba la sociedad americana con sus deseos de amputarse el 5º dedo del pie para que sus mujeres pudieran calzarse vertiginosos zapatos de tacón, hoy son las coreanas del sur las que hacen cola de forma desaforada para, mediante una sencilla técnica quirúrgica, seccionar un pequeño musculo de la comisura bucal y así lucir una permanente sonrisa que les aporte una imagen más amable.
Corea del Sur, un país emergente que ocupa el séptimo lugar del mundo en número de cirugías estéticas, puede que marque el sendero futuro de los deseos de la mujer moderna, pero me cuesta trabajo creer que la mujer latina, tan expresiva ella, renuncie de forma alocada y entierre de forma definitiva esa frase tan nuestra: “la cara es el espejo del alma”. Nuestra mujer es tan bella tanto en su alegría como en su tristeza. No me imagino a estas mujeres coreanas luciendo sonrisa en una discusión de pareja…o en un velatorio…
Así como el rapero Psy marcó el año pasado el ritmo de multitud de jóvenes con su “Gangnam stile” y el popular baile del caballo, no me extrañaría que la sonrisa artificial de la modelo Shi Min Ah fuera el referente para millones de jóvenes, pero desde luego, a mí, como cirujano plástico, no me encontraran en esta nueva moda.