- Lunes, 3 de marzo del 2014
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- Publicado por: Martín Anaya
El pasado 21 de Febrero, en el hotel Palace de Madrid recibí, de manos del fundador del Foro, D. José Luis Salaverría, la Medalla de Oro al mérito profesional.
El “Foro Europa 2001” fue fundado en 1996 con la misión de crear encuentros para el intercambio y la divulgación de ideas y conocimientos profesionales entre y con dirigentes de la vida empresarial, cultural y política. Según sus responsables, el “Foro 2001” goza de un amplio reconocimiento a nivel europeo por su antigüedad y la gran difusión mediática alcanzada en este tiempo.
La verdad es que hay relevantes personalidades que han sido distinguidas con la Medalla de Oro del “Foro Europa”: emprendedores, ejecutivos de grandes compañías, empresarios, reconocidos expertos en jurisdicción, medicina, economía, arquitectura, periodismo o restauración. Su repaso abruma, a la vez que cuestiona, sin falsa modestia, mi presencia entre muchos de ellos.
No entiendo mucho de premios, salvo al final de una carrera profesional. Reconozco que ya recibí la nominación en el 2013…y la dejé pasar. Este año fue distinto, y disfruté de una agradable velada, en un entorno maravilloso, y rodeado de personalidades del ámbito empresarial, cultural y jurídico.
Agradezco al Foro 2001 que me haya distinguido con este galardón. Me siento orgulloso de pertenecer a su familia. Interpreto este premio como un reconocimiento no personal, sino a todo un grupo de compañeros, cirujanos plásticos, con un excelente nivel profesional, que se baten diariamente para mantener el prestigio de la cirugía estética en España donde está, reconocido en todos los ámbitos internacionales, y también en el Foro Europa.
Pero el verdadero premio de mi trabajo está en el día a día, En los pacientes. En los que, agradecidos, me han felicitado por las redes sociales. Eso me emociona, pero de verdad. Y el premio está también en la comprensión y confianza de mis otros pacientes, en los que no alcanzamos a satisfacer las expectativas deseadas. Y en los que, pacientemente, como su denominación indica, confían en que, juntos, consigamos los resultados esperados.
Esta distinción no hace más que reforzar una idea de trabajo en la debo perseverar. Un trabajo en donde la ética, la profesionalidad, la honestidad, la capacitación y la puesta al día permanente deben estar escritos con mayúsculas en el manual de cabecera, no ya de un cirujano plástico en particular, sino de todos los médicos en general.
Muchas gracias a todos.