- Lunes, 20 de enero del 2014
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Las manos siempre han sido el patito feo, las grandes olvidadas, no sólo en los tratamientos preventivos para minimizar el paso del tiempo en su piel, sino también por parte de los pacientes en los cuidados diarios de la piel.
Qué tratamientos se utilizaban hasta ahora? Mesoterapia con multivitaminas, oligoelementos, hialurónico…es decir, distintas fórmulas magistrales, que como punto en común, tenían la función de limpiar, reparar e hidratar la piel castigada por el paso del tiempo. El laser y la radiofrecuencia también tenían una función importante: renovar la piel, disminuir su flaccidez, y eliminar las manchas cutáneas que van apareciendo. No ofrecían el resultado sobresaliente que todos deseábamos, pero mejoraban y permitían que la piel de las manos luciera un aspecto más juvenil.
Pero hay dos innovaciones terapéuticas que desde hace un par de años están revolucionando la mayoría de nuestros tratamientos medico-quirúrgicos. La utilización de los factores de crecimiento plaquetarios y los micro y nanoinjertos de grasa del propio paciente . Dos tratamientos que mejoran espectacularmente el resultado de cada técnica en la que participan.
Los factores de crecimiento, técnica que se realiza en la consulta médica, consiste en extraer, como en un análisis, dos o tres tubos de sangre del paciente. Se centrifuga y se utiliza la parte del plasma que contiene a las plaquetas. Posteriormente se infiltra en la dermis de la piel de las manos, mejorando ostensiblemente su brillantez, su tono y su hidratación. Es una técnica inocua y sin complicaciones, que dura aproximadamente 30 minutos, y permite inmediatamente al paciente realizar una vida social y laboral normal.
El segundo tratamiento, complementario del anterior, los microinjertos y nanoinjertos de grasa autóloga, han venido a solucionar un importante problema hasta ahora sin solución. La pérdida de volumen en el dorso de la mano, y la visión marcada de venas y tendones sólo encontraba un ligero alivio con la infiltración periódica de acido hialurónico cada 6-8 meses. La mejora en la obtención de la grasa, su más cuidadoso proceso de centrifugación, y la nueva forma de depositarla en las manos ha hecho que su supervivencia con el paso del tiempo se haya incrementado hasta el punto que se pueda ofrecer este tratamiento como algo permanente para el rejuvenecimiento del dorso de las manos. En una semana esas manos pueden ser mostradas en cualquier situación sin hacer sospechar que se ha realizado algún tipo de tratamiento.
Hasta las manchas del dorso de las manos caen rendidas al poder de la grasa autóloga. Esa mejoría es debida a las células madre que acompañan siempre al infiltrado graso. Pero ese es un tema que precisará un capitulo aparte…