- Lunes, 11 de junio del 2018
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- Publicado por: Moisés Martín Anaya
Ya tiene hasta su propio apodo en el mundo de la cirugía estética, algo que no es precisamente cuestión de días. Conocidas tradicionalmente con el más romántico apelativo de “anillos de Venus”, las arrugas del cuello han pasado a tener personalidad quirúrgica propia, como las alas de murciélago (la braquioplastia ) el código de barras, las conocidas arrugas en el escote o las orejas de soplillo.
Nacen, como todas las arrugas, con el paso del tiempo, pero se acentúan debido a que se encuentran en una zona de repetidos movimientos mecánicos . Al subir y bajar la cabeza, para leer o dirigir los ojos hacia el suelo, por ejemplo, se origina la tensión y distensión de los tejidos. Si ese movimiento se intensifica en el número de repeticiones y en una de las posturas mecánicas, la de la tensión, mientras miramos hacia abajo, estamos contribuyendo al envejecimiento de la zona.
El empleo abusivo de las nuevas tecnologías va a otorgar al llamado “ cuello smartphone” un lugar privilegiado en los rankings de consultas estéticas.Se verá en las próximas generaciones, puesto que, según varios estudios, son los jóvenes los que dedican una media de tres horas y media al día a interactuar con el teléfono móvil. Es decir, quienes permanecen 210 minutos diarios con el cuello agachado.
Más allá de reducir este elevado número de minutos, el cuidado diario del cuello consiste en la rutina básica de higiene e hidratación con la protegemos el cuello de la sequedad, las manchas y las arrugas.A partir de ahí, Clínica del Dr Moisés Martín Anaya propone varias medidas especialmente efectivas del arsenal de posibilidades que nos brindan hoy la cirugía y la medicina estética.
Lo último es el Lifting biomolecular con tecnología HIFU, especialmente indicado para la flacidez y arrugas del cuello y para el tratamiento de la papada.Nos encontramos ante un procedimiento sin cirugía que trabaja mediante una vibración mecánica que, a través de choques moleculares genera calor. La temperatura interna que se produce, de unos 60 grados centígrados, resulta óptima para la reestructuración proteica del colágeno, la elastina y los fribroplastos.
Esto se consigue trabajando en las tres capas de la piel, dermis, epidermis e hipodermis, a una profundidad a la que otros aparatos no llegan y donde encuentra el SMAS (Superficial Sistema Aponeurótico Muscular).Al ser una técnica focalizada, no hay lesión en los tejidos adyacentes ni quemaduras en la piel, provocando una reestructuración de proteínas de manera selectiva, sin efectos secundarios ni efectos indeseables post tratamiento. Sólo serán necesarias entre 1 y 3 sesiones al año, con una duración de entre 30 y 90 minutos, dependiendo de las zonas a tratar.
Otra buena solución en clínica para el “cuello, smarphone” son las inyecciones de plasma enriquecido con plaquetas previamente sometidas a un proceso de centrifugado. Más conocido que el lifting biomolecular, este tratamiento estimula la producción de colágeno y elastina, sustancias que confieren a la piel brillo, tersura y consistencia.