- Miércoles, 9 de febrero del 2011
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La grasa está de moda. No podemos negar que todos los especialistas reconocemos que los tratamientos estéticos tienen un buen presente y un mejor futuro si la grasa es protagonista.
Pero también hubo un pasado de descrédito que se está quedando sin defensores. De mi etapa, hace mas de diez años en el Hospital Gregorio Marañón, viene la utilización del relleno graso en pacientes con lipodistrofia facial, como consecuencia de los tratamientos antiretrovirales en pacientes seropositivos. Desde entonces he defendido la grasa como mi primera opción terapeútica para determinados defectos estéticos.
La grasa se extrae del propio paciente mediante un procedimiento muy sencillo bajo anestesia local, y después de eliminar el plasma y el estroma y enriquecerla con células madre, se puede inyectar en aquellas zonas donde es necesaria, siendo las mamas, los gluteos y las arrugas faciales sus lugares más frecuentes de inyección. Durante los primeros días, hasta que se formen nuevos vasos sanguineos que trasporten su alimentos y recogan sus desechos, tienen que nutrirse de lo que se filtra por las paredes de las células que le rodean. Ese es el motivo por el que los primeros días hay bajas, es decir, células que se mueren. En este tiempo, dependiendo de cada paciente, puede haber entre el 20 y un 40% de pérdida de volumen , de media.
Como no se puede predecir el comportamiento de cada paciente, uno no puede hipercorregir por norma, al correr el riesgo de la no reabsorción y tener que corregir posteriormente con una liposucción para eliminar el exceso de volumen. Esto justifica que sea un procedimiento que hay que realizar en dos o tres sesiones para obtener el resultado deseado.
Hace unos días celebramos el 2º Congreso de la Sociedad Española de Aplicaciones Terapeúticas del Trasplante de Grasa, de la que soy miembro numerario, en la Universidad de Barcelona, donde cada uno de nosotros aportamos nuestra experiencia en la práctica del trasplante de grasa en distintos campos, desde el rejuvenecimiento facial y periocular hasta su uso en el aumento estético de la mama con grasa propia. Gracias al Dr. Serra Renom y Dr. Jesús Benito, excelentes compañeros y profesionales, amigos de mi paso por el Hospital Clinic, hace ya un buen puñado de años, y al Dr. Fontdevila por su magnifica organización y conducción del Congreso.
Con reuniones como ésta se están sentando las bases para un uso más generalizado de la grasa autóloga, no sólo en cirugías reconstructivas despúes de lesiones tráumáticas y tratamientos oncológicos, sino también en cirugías estéticas mamarias y faciales, permitiendo unos tratamientos conservadores, muy poco agresivos y con resultados duraderos. Como le gusta decir con frecuencia al Dr. Vila-Rovira: Menos es más.