- Lunes, 18 de noviembre del 2013
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- Publicado por: Martín Anaya
En los últimos veinte años, si algún concepto tenido como dogma de fé, ha sido desmontado y dado la vuelta como un calcetín, ése ha sido el enfoque del rejuvenecimiento facial. Y los microinjertos faciales, por méritos propios, ocupa el primer lugar en este cambio radical.
Después de siete años de ejercicio profesional como cirujano plástico, desde hace catorce años, en 1999, centré parte de mi trabajo en la cirugía estética y el rejuvenecimiento facial.
Entonces el lifting no era una parte del tratamiento, era “el tratamiento”. La cirugía se centraba en estirar tejidos, respetando parcialmente el más superficial de todos, la piel, para evitar ese cambio de expresión que las personas definían como ”cara de velocidad”. Eran cirugías algo pesadas, con una recuperación lenta, con tejidos tensionados que repercutían en la calidad final de la cicatriz. Pero, volviendo la vista atrás, el nivel de satisfacción entre los pacientes era alto. La anestesia siempre era general, y las complicaciones no eran distintas a las de ahora, considerando esta intervención, en manos expertas, una cirugía segura y con un nivel de complicaciones bajo.
En un intento de minimizar la cirugía y acelerar la recuperación, se disminuyó el grado de tratamiento de los tejidos profundos, trabajándolos menos, con una recuperación mucho más rápida, pero comprometiendo los resultados a medio-largo plazo de una manera no aceptable.
Esta etapa está definitivamente superada, y hoy en día, lo que más ha cambiado es el concepto global del rejuvenecimiento facial. El lifting ya no es el todo sino una parte del proceso. Ya no se presta sólo atención al descolgamiento , sino que hay otros dos elementos tan importantes como él, que son el envejecimiento de la piel y la pérdida y desplazamiento inferior del volumen facial.
Con respecto al descolgamiento de los tejidos faciales, se ha recuperado el tratamiento de las capas más profundas, que son recolocadas en una dirección distinta a la piel, que simplemente se reubica quitando los excesos, sin nada de tensión. Esto ha mejorado ostensiblemente la cicatrización, con señales más finas y de mayor calidad.
El tratamiento de la pérdida de volumen y desplazamiento inferior del volumen facial se realiza conjuntamente con el lifting. La asociación con los microinjertos grasos es fundamental para mejorar un resultado. Una recolocación de tejidos sin volumizar los tejidos atróficos sigue siendo una cara envejecida que se conserva bien, no es una cara rejuvenecida. Y además, el lifting aplana más aún la cara y no luce como un resultado natural.
Finalmente el envejecimiento cutáneo se trata con los mismos microinjertos grasos, que al acompañarse de células madre mejoran el trofismo y la hidratación de la piel, y posteriormente con sesiones de plasma enriquecido con factores de crecimiento y con una sesión de laser de CO2.
Complementos como blefaroplastia, dermoabrasión, rejuvenecimiento nasal y de labios superior e inferior se hacían antes y se hacen ahora.
Las técnicas anestésicas han mejorado en todos los órdenes, y también se ve beneficiada la cirugía facial, con una sedación anestésica que permite al cirujano trabajar cómodo y al paciente no vivir “minuto a minuto” la intervención.
La necesidad absoluta de hacerse un lifting no existe. Puede no hacerse nunca. La felicidad de las personas no depende de estas cirugías. Pero si sirven para que el paciente se encuentre más a gusto consigo mismo y su vida familiar, social o laboral se ve mejorada, pues adelante. No existe una edad. Existen pacientes donde el estilo de vida, su herencia genética, su reloj biológico y su historial médico marcan la pauta. Y todo debe ser valorado conjuntamente con el cirujano plástico.
No existe hoy en día sustituto para el lifting. Existen tratamientos que complementan, no sustituyen, como los rellenos, los láseres… y tratamientos que lucen más en las revistas que en los pacientes, como los hilos tensores.
No existe el minilifting, ni el lifting por partes. Si has de rejuvenecer la cara, debes enfocarlo como un tratamiento global, como norma general. Luego puede haber excepciones que deben ser valoras en la consulta médica.
El rejuvenecimiento facial precisa por nuestra parte, los cirujanos plásticos, una puesta al día exhaustiva, un estudio pormenorizado de cada caso…y una plena confianza del paciente en nuestro trabajo. Y si en la cocina dicen que los platos cocinados con amor saben mejor…aquí igual.