- Martes, 23 de julio del 2024
- Comentarios: 0
- Publicado por: Moisés Martín Anaya
La otoplastia es la cirugía de corrección de las orejas, bien porque se encuentran muy despegadas de la cabeza, bien porque presentan un tamaño más grande del habitual. También puede darse el caso de que sean asimétricas, o que tiendan a caer.
La intervención se ocupa también de problemas estéticos de los pabellones auriculares derivados de accidentes u otro tipo de lesiones.
Nos encontramos ante de una de las cirugías estéticas que se practican en la infancia por motivos psicológicos, ya que el niño puede sentirse muy acomplejado si tiene lo que se conoce popularmente como “orejas de soplillo”. Es necesario que sea el propio menor quien esté decidido y solicite la visita al cirujano plástico. Nunca debe ser decisión exclusiva de sus padres, ya que los cambios físicos en la infancia y adolescencia son muy importantes para el desarrollo de la autoestima.
Dependiendo del criterio médico y del grado de maduración y también de la necesidad emocional del menor se suele practicar la operación a partir de los 7 años.
La otoplastia es una cirugía sencilla que modifica estructuralmente la oreja mediante la remodelación del cartílago, el tejido que le da forma. Las cicatriz queda oculta en la parte posterior de la oreja y es imperceptible. Esta es la técnica más empleada, aunque en la actualidad se realizan otras que combinan diversas incisiones.
Cuando el paciente es menor se lleva a cabo bajo anestesia general, mientras que en adultos la sedación es local. En principio, si no hay ninguna complicación, esta cirugía no requiere hospitalización. El paciente permanece en quirófano entre dos y tres horas.
Los cuidados postoperatorios incluyen un vendaje en la cabeza, que será posteriormente sustituido por una cinta de menor tamaño. La hinchazón es habitual. A veces puede producirse un hematoma.