- Martes, 24 de septiembre del 2019
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- Publicado por: Moisés Martín Anaya
Existen diferentes tipos de pieles y diferentes estados de la piel. De un lado, se distingue entre piel seca, grasa o mixta o normal, dependiendo de su grado de hidratación y de la distribución de los lípidos en la epidermis, la parte superficial. Por el otro, el estado se refiere a cómo factores externos ( tabaco, humedad ambiental, contaminación, etc..) pueden afectarla , restándole luminosidad, brillo o suavidad.
Aunque el estado puede llegar a influir de tal forma que una piel puede modificarse de forma permanente, como es el caso de las personas que viven en climas secos y contaminados, lo cierto es que cada individuo tiene sus propias características en lo que a la epidermis se refiere.
En las farmacias y droguerías podemos encontrar hoy en día productos especializados con soluciones para todos, de diferentes precios, composiciones y con muy diversos resultados. El equilibrio se basa en los niveles de agua y de grasa que contenga cada crema, aunque luego, el fabricante se ayude de otros elementos de la medicina estética que viven en estos últimos años su boom.
El ácido hialurónico y, el silicio y otros elementos que participan en la síntesis del colágeno y, por lo tanto, e la ralentización del envejecimiento, se han añadido a los productos de empleo diario con efectos muy positivos.
Además, la piel también varía por su volumen. Puede ser fina o gruesa, pero, sin remedio va perdiendo cuerpo con el paso de los años.
Junto a los productos de aplicación tópica, la medicina estética ha desarrollado una serie de técnicas que continúan en evolución permanente, bien por sus compuestos, bien por su método de aplicación.
La mesoterapia, inyecciones para agilizar el mismo efecto revitalizador que persiguen las cremas, consigue aumentar la producción del colágeno y la elastina. Su aplicación sencilla, en clínica, se diversifica en cuanto a los acompañantes del ácido hialurónico, que pueden ser desde oligoelementos, hasta vitaminas, pasando por silicio y productos homeopáticos.
El ácido hialurónico puede ser reticulado o no reticulado, según busque o no el volumen. El no reticulado persigue el efecto antioxidante, tratando de hidratar las pieles finas. Ambos tratamientos se pueden combinar.
La mesoterapia también puede ser sin agujas y se denomina electroporación. Como su propio nombre viene a indicar se trata de una técnica de por corrientes de baja intensidad , que dilatan los poros, dejando pasar la aplicación hasta la zona intermedia de la dermis.
Con la radiofrecuencia, por otro lado, se trabaja a temperaturas más elevadas, lo que favorece la contracción del colágeno. Este método opera en la zona subcutánea y llega a afectar al tejido graso, por lo que se emplea también como herramienta para el drenaje linfático.
El láser, por último, es muy discreto en cuanto a publicidad pero ofrece buenos resultados, porque, además, elimina pequeñas manchas e imperfecciones de la piel.