Cirugía de párpados e injerto facial graso, entre las tendencias para 2023

Que la cirugía estética seguirá creciendo no lo decimos nosotros, lo aseguran los informes globales de tendencias, entre ellos el que ha publicado Research and Markets y que cifra el beneficio global de esta actividad hasta ese año en 75,67 billones de dólares. Hablamos de un incremento previsto del 5,4% y que tiene en cuenta la demanda creciente de los países asiáticos.

 

En lo que a occidente respecta, “Cosmetic Surgery Global Market Report”, título de la estadística, sitúa a Europa en segundo lugar, tras Estados Unidos, en el paso por el quirófano para mejorar el aspecto físico. Así, las intervenciones realizadas por cirujanos bajo anestesia y en instalaciones hospitalarias superan en superan en número a los tratamientos que se llevan a cabo en clínica, como los rellenos dérmicos o los procedimientos de regeneración autóloga.

 

En cuanto a la lista de las operaciones más solicitadas, cómo no, el aumento mamario sigue a la cabeza en el entorno occidental, seguido por la liposucción, la blefaroplastia y la abdominoplastia.  Desde Clínica del doctor Moisés Martín Anaya queremos destacar el interés por los procedimientos para mejorar la mirada, esto es, la cirugía de párpados, que se puede acompañar por tratamientos de reducción de arruga fina en el contorno. La revista norteamericana Allure pone el foco en esta cirugía, sobre la que, asegura, va escalando puestos en detrimento de los tratamientos médicos en la zona. Los motivos: el balance coste-resultados y la mayor naturalidad resultante del paso por el quirófano debido a que se facilita la movilidad y la expresividad en la zona.

 

Dicha publicación vuelve a destacar el deseo de naturalidad de las pacientes para evitar el efecto de “cara repetida”, que se produce por la regularidad y globalización de los tratamientos médico-estéticos. Así, no es infrecuente ver rostros tratados que se parecen, tanto de personalidades famosas como de personas de la calle.  Es por este motivo por el que se señala el injerto de grasa propio como una técnica en auge.  Para la mujer madura sin una excesiva caída de los tejidos faciales, se realiza en una sola sesión en clínica, regenera los tejidos a la vez que reafirma, es económico, y, sobre todo, realza los rasgos propios.

 

Basado también en la regeneración autóloga, el plasma rico en plaquetas, más económico, aunque de mayor reposición, ayuda en la consecución de un rostro jugoso, terso y brillante. Rejuvenecido, en definitiva.