- Jueves, 23 de septiembre del 2021
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- Publicado por: Moisés Martín Anaya
¿A qué cirugía estética me tengo que someter si no consigo eliminar mi grasa corporal?
Esta y otras preguntas similares se repiten cada día en las redes sociales y buzones de voz de los profesionales de la cirugía plástica, estética y reparadora. Por supuesto, en las propias consultas, donde la grasa acumulada en el vientre, resistente al ejercicio y a la dieta, es uno de los motivos por los que más se demandan operaciones relacionadas con la mejora del contorno corporal.
Esta demanda de información se ha incrementado durante la pandemia, debido a la vida sedentaria y a la alimentación, no siempre adecuada, a la que sometemos a nuestro organismo con esos viajes intermitentes a la nevera. Además, con el estrés asociado y los cambios en nuestra rutina, se pueden llegar a consumir azúcares y grasas para obtener una recompensa; para calmarnos mediante los alimentos.
Lo primero que es necesario saber es que la esa barriguita que tan poco nos gusta no es cuestión de edad. La dificultad para eliminarla depende en gran medida, del tipo de piel de cada persona. No es que alcanzada cierta edad resulte más difícil volver a lucir un vientre plano. Depende de cómo se haya producido el envejecimiento. Esto es, de en qué estado se encuentre el tejido para volver a su lugar inicial, de si la piel retrae o no.
Esta es la clave para que el cirujano plástico, estético y reparador decida si el paciente debe someterse a una liposucción o a una abdominoplastia, las dos maneras quirúrgicas de eliminar el depósito graso. Si el paciente no presenta exceso de tejido, si ese montículo de la barriguita no es muy pronunciado, la operación es la liposucción, que extrae la grasa con cánulas mediante un sistema de aspiración. Si, al contrario, como suele suceder a los hombres con un gran volumen en la cintura o a las mujeres que han tenido varios partos, se presenta distensión de los músculos del abdomen y es necesario retirar piel, que aunque se retrae no sube, el especialista aconsejará al paciente someterse a una abdominoplastia.
Aunque ambas cirugías para “sacar cintura” son unisex, la abdominoplastia se emplea más en los varones, que son más propensos a volver a acumular de nuevo la grasa, una vez operados. Precisan de un mejor estilo de vida, así como de una vigilancia de la dieta mayor que la de la mujer tratada, que, en cambio, puede llevar una alimentación normal, permitiéndose incluso algún “exceso de fin de semana”.
En la mujer, sobre todo, se trabaja también en el quirófano que el resultado global sea armónico, es decir, que se elimina la grasa de los flancos. Se saca grasa por delante y por detrás, porque si no se hiciera, el volumen de las caderas se notaría más aún que antes de la operación.
Cómo se pasa el postoperatorio de estas cirugías es una cuestión muy comentada también los foros y páginas especializadas. A quienes se han operado de abdominoplastia, les dolerá más las horas posteriores, puesto que se ha trabajado en estructuras profundas, no sólo a nivel dermis, como sucede en el caso de la liposucción.
Un paciente y otro deberán llevar indistintamente una faja compresiva, por lo que recomendamos evitar el verano, para que se libre del calor y las molestias asociadas a la venda. También deberá someterse a las sesiones que se necesiten de drenaje linfántico, indicado para disolver “esas pequeñas bolitas de colágeno” que pueden notarse en la cintura mediana.
Sobre los tiempos de recuperación, que nos indican que para hace vida normal habrá que esperar entre dos o tres días en el caso de la liposucción y entre una y dos semanas en el caso de la abdominoplastia. Mientras que el primer supuesto se recomienda caminar, en el segundo, el reposo será necesario para la cicatrización, dado que se ha trabajado en la musculatura distendida.
En cuanto a lo que todos los operados desean, mostrar su nuevo abdomen liso, cuánto más tiempo pase mejor. Seis meses mínimo, un año máximo, y a la playa.