La toxina botulínica es una proteína natural y altamente purificada que mejora las arrugas de expresión facial, aportando un aspecto más natural y relajado.
Este tratamiento se realiza en consulta. Se inyecta directamente con una aguja muy fina en el músculo afectado. La contracción del músculo se suaviza de tal modo que las arrugas se aplanan notablemente y llegan a desaparecer.
El efecto alisador del botox se hace visible al cabo de dos días y empieza a remitir paulatinamente a los seis meses. Si repetimos el tratamiento antes que haya desaparecido el efecto hace que los resultados sean más duraderos.
Cada paciente debe ser estudiado de forma personalizada y cada uno requiere una dosis de inyección diferente para que el rejuvenecimiento sea evidente y el aspecto más natural y con una expresión facial más relajada.